En los años 40, en un pueblito minero mexicano vive María de la Canela apodada Marianela. Esta huerfanita sucia y desarrapada es despreciada por los aldeanos que ven en ella rasgos de la locura heredada de su madre que se suicidó lanzándose por una quebrada.
Es ese lugar donde Marianela acude en busca de los consejos del fantasma de su madre. El único ser cariñoso con la mendiga es Pablo, un chico rico pero ciego a quien Marianela sirve de lazarillo.
Imposibilitado de verla, Pablo se crea una imagen de su guía como una mujer hermosa y no permite que nadie le diga lo contrario. El padre de Pablo arregla el matrimonio de su hijo con Florentina, la hija del notario del pueblo.
Tomás, un conocido oftalmólogo aconseja que Pablo vaya a los Estados Unidos a operarse. Se decide que la boda se celebrará después que Pablo ya pueda ver. Cuando Pablo regresa, ya curado, se horroriza al ver el verdadero aspecto de Marianela, y prefiere a Florentina que corresponde a su ideal de belleza femenina.
Sin embargo, Florentina se ha enamorado de Carlos, un ingeniero de minas casado con una mujer frívola. La desesperada Marianela intenta suicidarse, pero es rescatada por Tomás quién se enamorará de ella.